WEIHNACHTEN IN MÜNCHEN

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Gerhard Schmidt Gaden, Benjamin Bruns, Raimund Nolte, Tölzer Knabenchor y l'Arte del Mondo

De nuevo he tenido la ocasión de disfrutar las ventajas de mi reciente jubilación. La excusa, una vez más, un concierto de los Tölzer Knabenchor: el Oratorio de Navidad, de Bach, en la Herkulessaal der Residenz de Múnich. La orquesta l'Arte del Mondo, el tenor Benjamin Bruns, el bajo-barítono Raimund Nolte y el coro, dirigidos por Gerhard Schmidt Gaden, nos hicieron gozar de una noche mágica.

Retrato de Daniel Krämer. Soprano solista.

Después del concierto fuimos a la cervecería zum Franziskaner, con un grupo de fans del coro, algunos miembros del mismo, los solistas y el director. Tuve el privilegio de compartir mesa con Daniel Krämer, a quien entregué un retrato a lápiz.

Skyline de Múnich desde el Monopteros del Englischer Garten

Gansos en el Englischer Garten

Aunque el concierto y el resto de la velada justificaban sobradamente el viaje, no acabó ahí la magia. Al fin, a mis 60 años, he podido disfrutar de una Blanca Navidad: estuvo nevando dos días, lo que me permitió gozar de unos paisajes de ensueño, así como del entrañable ambiente callejero. Cada placita estaba cuajada de puestos de adornos navideños, tenderetes de Glüwein (el famoso vino caliente especiado, que resucita a un muerto), los grupitos cantando villancicos bávaros...

Puestos navideños en la Rindermarkt

Más puestos en el patio de la Residenz

El clima fue bastante clemente, rondando los cero grados; en cualquier caso nos tiramos casi todo el tiempo en la calle, exceptuando -claro está- los gloriosos momentos pasados en las míticas cervecerías... "Ein Prosit, ein Prosit, Der Gemütlichkeit!". La Hofbräuhaus, fundada en 1589 por Guillermo V, duque de Baviera; la Franziskaner, empresa originaria del siglo XIV; Augustiner, fundada en 1328 y que cambió su sede al actual edificio de la Neuhauser Straße en 1817, etc. etc.

Isabel, Mª Ángeles y Rocío en la Hofbräuhaus

Árboles camino de Bad Tölz

 
Hicimos además dos cortas excursiones en tren. La primera a Bad Tölz, sede originaria del coro, donde ya estuvimos este verano. Allí nos cayó una nevada relativamente intensa. La Markstraße estaba atestada de los típicos tenderetes, de los que emanaban tentadores aromas. En el café Schuler degustamos su sabrosísimo Bienenstich.

Bad Tölz: río Isar y Kalvarienkirche

Bad Tölz desde el Kalvarienberg

 
Luego dimos un paseo sobre y bajo la nieve por la orilla del Isar, para continuar subiendo un serpenteante senderillo a través del Kalvarienberg, no sin cierto riesgo para nuestra integridad física. El esfuerzo valió la pena, tanto por la curiosa iglesia de la cima, (la Heilig-Kreuz-Kirche, donde se puede contemplar una sorprendente réplica de la Scala Santa de Roma), como por la vista espectacular de la ciudad, el río y los vecinos Alpes Bávaros.

Escalera de la capilla del Santo Sepulcro. Kalvarienkirche

La segunda excursión fue al lago de Starnberg, a unos 30 km. al suroeste de Múnich. Nos detuvimos primero en la ciudad homónima, un pueblecito de 23.000 habitantes situado en la misma orilla. Los únicos bañistas eran los cisnes y las fochas, que aprovechaban la tranquilidad de la temporada baja. Tras un corto paseo continuamos hasta Possenhofen. 

Starnbergsee

 

Se trata de un racimo de casitas entre un bosque de hayas y la orilla del lago, alrededor del Palacio homónimo. Construido en el ño 1536, es famoso porque aquí nació y vivió hasta los diecisiete años Isabel de Baviera, posterior Emperatriz austriaca conocida como Sissi. En la actualidad el edificio es propiedad privada y no se visita, pero los alrededores tienen un romántico encanto.

Schloß Possenhofen. Castillo de Sissí.

Resumiendo: me está gustando esto de poder viajar sin la tiranía del almanaque. Podré visitar lugares que ya conozco, pero en estaciones diferentes, lo que a veces es como ver otro lugar.