domingo, 1 de julio de 2012

¿A POR ELLOS?


     
   Si dijese que prefiero que gane Italia estaría poniendo en peligro mi vida, mi hacienda y mi honor. Y no creo que la cosa cambiase mucho por más que razonase esta afirmación. Pero la verdad es que si se piensa fríamente, la victoria de España no nos supone ninguna ventaja personal a ninguno de los españoles de a pie, mientras que nos arriesgamos a sufrir los ruidos, desórdenes callejeros, daños en fuentes y otros monumentos públicos e incluso algún fallecimiento por síncope o accidente debido a la euforia.
    Y por otra parte, por favor, no olvidemos que el fútbol es sólo un deporte, uno de los muchos que hay, en el que unos cuantos chavales se ganan una millonada que les pagamos directa o indirectamente incluso los que pasamos de ellos por dar unas cuantas patadas -espero que muy bien dadas- a un balón. Imagino que si yo fuese uno de tantos deportistas que tienen que pagar de su bolsillo su entrenamiento para conseguir méritos internacionales que no cuentan con el reconocimiento de casi nadie, estaría bastante cabreado. Y eso sin hablar de artistas, investigadores, intelectuales, etc. que han realizado labores impagables por la sociedad a base de sacrificios personales, mendigando subvenciones y sin el menor reconocimiento fuera de los estrechos círculos profesionales.
   Así que no apostaré por la victoria de los italianos, pero al menos permítanme que desee simplemente que gane el mejor. Me reservo mi patriotismo para cosas que me parecen mucho más dignas.